El mayor riesgo de una ONG: perder el foco

Perder el foco es, con una definición sencilla, cuando no está en sintonía el ser y el hacer. Cuando nos «desenfocamos» vemos la realidad borrosa, confusa, actuamos sin determinación ni con un rumbo definido. La crisis está abocando a muchas ONGs a tener que replantearse desde la raíz: la participación de la ciudadanía en el proyecto, el papel de directivos/as y trabajadores/as, la actitud reivindicativa ante la realidad social, las acciones que se proponen a una ciudadanía empobrecida, las relaciones con las Administraciones Públicas y, sí también y mucho, la financiación. el foco
En este cambio tan profundo de paradigma, desde nuestra perspectiva los cambios que se están produciendo van a tener una huella profunda a largo plazo, no volveremos allá de donde partimos, muchas ONGs están sufriendo graves «dificultades de enfoque». ¿Identificas a tu organización en esta realidad? Veamos en detalle…

El foco es la misión, la esencia que le da sentido a la organización, la guía y la energía. Es lo que impulsa el desarrollo de la entidad, lo que hace que personas decidan implicarse a fondo en órganos directivos, que los/as trabajadores/as se sientan comprometidos/as, que la ciudadanía esté dispuesta a aportar su tiempo (voluntariado) y su dinero (donación), lo que aporta la credibilidad necesaria para hacer reivindicaciones frente a Administraciones Públicas… En otro caso, ¿En qué se diferencia tu ONG de una empresa?

¿Qué hacemos para perder el foco, donde está situada nuestra atención y nuestra acción? Veamos…

1) Se pierde el foco cuando la organización se centra en el tener, cuando la economía lo envuelve todo, cuando las decisiones se centran en conseguir fondos, en crecer en recursos, y se usan frases como «esto no es rentable», y se habla más de presupuesto que de actividades. La gran diferencia entre una empresa y una ONG, es que para la primera el foco está en sus beneficios, para la ONG en cambio los recursos económicos no son más que un medio para conseguir nuestros fines sociales. Cuando hablamos de recursos económicos tenemos que relacionarlo con qué actividades, servicios, proyectos, iniciativas vamos a realizar para resolver que problemas de qué colectivo. En otro caso, ¿para qué queremos el dinero?

2) Se pierde el foco cuando los intereses de la directiva, coordinación técnica o  trabajadores/as se quedan en un primer plano por encima de los fines sociales. Así las directivas o asambleas se convierten en espacios de reivindicación y negociación laboral,  responsables técnicos o directivos/as ocultan información, actúan de forma conservadora para no exponer o arriesgar su status y espacio de poder, se disminuye la democracia (se espacian asambleas, se limita el voto, etc.). La organización está sumida en un consumo de energía interno, en una lucha de poder que poco tiene que ver con los fines sociales (que se usan como argumento para justificar los intereses de unos/as y otros/as).

3) Se pierde el foco cuando la organización sigue haciendo lo mismo de siempre, se pierde el impulso de la innovación, de estar en la vanguardia de los servicios, de avanzar en nuevas propuestas. Se presentan los mismos proyectos, se hacen las mismas cosas, se utilizan los protocolos no como recursos de mejora, si no como normas a cumplir y formas de justificar los resultados, sean los que sean. Se suele decir «esto siempre se ha hecho así». El foco está en la comodidad, en el conformismo, en la rutina y en «mantener lo que hay«.

4) Se pierde el foco cuando se rompe la cultura de compromiso con las personas involucradas en la organización, que es una calle de doble dirección, el compromiso que espero de los demás es el que tiene la organización con sus participantes, cuando se pierden los valores y decimos «vamos a gestionar como una empresa». Las personas son recursos humanos, los/as voluntarios/as son curritos de los que aprovecharse, los/as socios/as son unos/as pesados/as que opinan sin saber, se impone la rotación de personal porque «es más barato» y un largo y desagradable etc.

5) Se pierde el  foco cuando la imagen y el aparentar acaba siendo más importante que el hacer y el conseguir, cuando las actividades se centran en que nos conozcan (eventos públicos) más que en trabajar para nuestro fin social, cuando «la transparencia no conviene», cuando dedicamos más tiempo al twitter que, por ejemplo, a los usuarios/as o los/as voluntarios/as. Es un pensamiento creciente y muy erróneo pensar que la apariencia nos traerá resultados, sin un trabajo sólido y unos resultados contrastados es posible que a corto plazo funcione pero a largo plazo la organización se caerá como un castillo de naipes.

¿Qué situaciones, decisiones o reflexiones estáis realizando actualmente en vuestra organización? ¿Dónde está vuestro foco? ¿Necesitáis reenfocaros?

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